Y que viva el girasol

El girasol fue prácticamente herido de muerte por las retenciones. Sin embargo, los 880 asistentes al 5to Congreso Argentino de Girasol dan cuenta de que la Argentina necesita seguir cultivándolo. Cuatro productores líderes del país analizaron su aporte al futuro agrícola de la Argentina.

“No somos pastores girasoleantes sino especuladores girasoleantes. Yo no lo mando al rincón, lo mando a los mejores lotes porque sé que responde”, dijo Gastón Fernández Palma, presidente de AAPRESID y productor del sudeste de Buenos Aires, el miércoles, al cierre del 5to Congreso Argentino de Girasol. Un encuentro que reunió a 880 asistentes durante dos días, en torno a 8 bloques temáticos y más de 80 trabajos de investigación.
 

En una mesa integrada por productores líderes como Luis González Victorica y Gustavo Grobocopatel (ambos, ex presidentes de ASAGIR), Gastón Fernández Palma (presidente de AAPRESID) y Rafael Llorente (presidente de AACREA), el girasol fue analizado desde el punto de vista de los policultivos y su aporte al sistema agrícola de la Argentina.
 

“Los productores respondemos a incentivos y cuando provienen de políticas públicas erradas se generan distorsiones”, dijo Gustavo Grobocopatel en el Congreso de Girasol. “El productor quiere hacer rotaciones, no monocultivo. No hay que explicar los beneficios de la rotación, el tema es cuáles son los incentivos para hacerla. Las retenciones son sojizadoras. En el caso del girasol, lo castiga particularmente por su complejidad y tiene más riesgos. Y si encima no hay mercados fluidos, evidentemente la gente quiere hacer algo más seguro, sobre todo en un contexto de turbulencia”, analizó el productor.

Los números
 

Luis González Victorica fue quien abrió el panel para presentar los números de Cazenave y Asoc, la organización a la que pertenece. El productor comentó que empezaron a incrementar el área de girasol desde el ’78 y la escalada ascendente se dio hasta el 97/98, momento en que apareció la soja RR. Hasta entonces, el 70 % de la superficie estaba ocupada por girasol, luego de la soja, la superficie con este cultivo se mantuvo en el 15 o 20 %.
 

En el último año, la empresa sembró 20000 hectáreas de girasol en zonas como el oeste de Buenos Aires, este de La Pampa, sur de Córdoba, sudeste de Buenos Aires, con 1800 kg/ha de rendimiento promedio. Los datos exhibidos por González Victorica mostraron una serie de curvas que dan cuenta de la mayor estabilidad en rendimientos que permite lograr el girasol, en detrimento de la soja. Esto, sumado a un precio del girasol que históricamente ha sido superior a la soja, los datos presentados hablan de un promedio histórico de 230 dólares para el girasol bonificado y de 204 para la soja. A todos estos datos hay que sumarle el costo del flete, que en el caso de la soja tiene una alta influencia, en tanto que el girasol se vende cada vez más cerca de la zona de producción.
 

Pero definitivamente la diversificación que propone la oleaginosa es uno de los aspectos de mayor relevancia. Hacia allí se dirigieron las observaciones de los cuatro productores: disminución del riesgo climático y de precio, la posibilidad de usar el cultivo como un instrumento de financiación para la campaña, especialmente cuando no se siembra trigo, la optimización en el uso de recursos humanos y de herramientas en una época del año donde no existe otro cultivo que le compita.
 

También es una ventaja la existencia de ASAGIR, como entidad que nuclea a toda la cadena, y la de pertenecer a un país que es líder en tecnología y conocimiento para el cultivo.
 

Herida mortal
 

Grobocopatel mostró que el girasol representa uno de los hechos paradójicos que tenemos los argentinos. “Mientras el mercado mundial de girasol crece, Argentina pierde lugares. Hoy tenemos 1/3 de relevancia, cuando nuestra participación era de 2/3”, dijo.
 

El otro dato son los precios, que son buenos. “Cuando armamos la Asociación, el girasol valía 400 dólares la tonelada. Hoy vale el doble. También se siembra la mitad que cuando se creó ASAGIR y el 25 % del máximo que se sembraba cuando sembramos la mayor proporción de girasol. A su vez, el mercado es cada vez más demandante, sin embargo la Argentina retrae cada vez más su oferta. Hemos perdido competitividad. Pero ¿qué hace falta para ser competitivos?”, expresó Grobocopatel y enumeró: “recursos tecnológicos, los tenemos. Un ejemplo de ello son los PICTO’s financiados en forma conjunta por ASAGIR y el gobierno. Estamos en un país que ofrece condiciones favorables para el cultivo y contamos con organizaciones como ASAGIR”.
 

“Los invito a volver a darle un impulso a ASAGIR porque representa el ámbito desde donde tienen que surgir las soluciones”, concluyó.
 

Para Gastón Fernández Palma, abandonar el girasol sería un grave error. “El girasol tiene un rol importantísimo en los policultivos, por su aporte en el sistema, en el suelo. Además, en la costa y en campo propio, los números cierran. La simbiosis de siembra directa, manejo de rastrojos y rotación de cultivos es clave”, dijo.
 

Un concepto que fue reforzado por Rafael Llorente, para quien, desde la práctica, la diversificación es fundamental. “Hoy, las zonas marginales reciben un castigo por los impuestos”, sostuvo.
 

Pero fue en la experiencia vivida durante dos días que quedó todo dicho. Guillermo Pozzi, presidente del Congreso, sostuvo que la conclusión es que, a pesar de las adversidades, la cadena del girasol ha demostrado que puede sobreponerse y que existe optimismo en torno al cultivo. “El resultado refuerza nuestro interés de continuar trabajando para que nuestra próxima cita en este ámbito sea en 2012, cuando Argentina sea sede de la 18 conferencia internacional”, concluyó.

Para descargar fotos en alta calidad y gacetillas de prensa:
http://www.asagir.org.ar/asagir2008/5to_congreso/materiales_prensa.html