La sequía recortó los rindes en el NOA y Entre Ríos. Difícilmente se alcancen los 3 millones de toneladas de producción nacional, pronosticados en recientes informes internacionales. Pese al escaso interés de la demanda, los precios se están recuperando en un marco donde no se ha corregido la incertidumbre macroeconómica mundial.
Informe del Lic. Jorge Ingaramo, economista asesor de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR).
A tres semanas del debut del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, siguen sin definirse las tendencias en las principales variables macro que suelen condicionar directamente el valor de las commodities.
El Secretario del Tesoro anunció un plan billonario de captura de los activos tóxicos del sistema financiero, cuya magnitud es difícil de precisar, tal como reconoció el presidente Obama en su primera conferencia de prensa. Entretanto, las cámaras legislativas aprobaron paquetes disímiles, luego de duras negociaciones (sobre todo en el Senado), para convencer a los republicanos de que el dinero del Programa de Inversiones (keynesiano) estaría bien invertido.
El activismo de Obama no fue bien recibido en Wall Street. Las duras críticas del mandatario al derroche del dinero público por parte de las empresas tensionaron los primeros veinte días de la gestión, a tal punto que la media sanción en el Senado fue recibida con una baja de más del 4,6% en el Dow Jones (10 de febrero). La película tiene un final abierto, ya que Obama podría salirse con la suya, al conseguir dos paquetes operando sobre la economía, pero sin el apoyo de los principales agentes económicos. Esto dilataría la consolidación de claras tendencias macroeconómicas: la tasa de interés a diez años ha estado subiendo, pero la paridad entre el Dólar y el Euro sigue muy volátil, lo cual augura demoras más prolongadas en el proceso de consolidación de activos, que debe preceder a la difícil recuperación, que los analistas sitúan hacia fines de 2009.
Recuperación
Hay algunas certezas que favorecen a nuestros productos principales de exportación. La más importante es la consolidación de una tendencia alcista del precio del aceite en Rótterdam (se demuestra que el piso de diciembre ha sido superado), y que las primas del aceite de girasol, con respecto a los demás, empiezan a normalizarse, a medida que avanza la digestión de la cosecha record en el Hemisferio Norte.
Así, nuestro aceite cotiza U$S/tn 850 en Rótterdam y se prevé un valor de 870 para julio-septiembre. El precio actual supera en más de 22% al promedio del decenio previo a la burbuja, ajustado por inflación. También está un 12% por encima del valor medio de diciembre pasado. Las primas con respecto a aceites competidores son del 5,4%, sobre el de soja y del 5,2%, sobre el de canola. Los futuros a julio-septiembre amplían la brecha en relación al de soja y la reducen con respecto al de canola.
Producto del duro invierno en el Hemisferio Norte, se vio (en los últimos dos meses) una recuperación de la demanda de proteínas vegetales, claro que desde un piso (registrado a principios de diciembre) relativamente bajo. Dicha tendencia se fue tranquilizando en las últimas dos semanas.
El mercado local
Aunque se concretan pocos negocios, en los últimos veinte días los valores han ido mejorando: el girasol cotiza en Rosario y en los puertos del sur a $/tn 690, $ 40 más que hace tres semanas. Se vende con entrega y pago en marzo, en Bahía Blanca y Necochea a U$S/tn 190, 10 más que hace veinte días. El disponible en el MATBA, con pocas operaciones, no ha modificado sustantivamente su valor de U$S/tn 190, en tanto que el futuro para marzo cotiza U$S/tn 208,5.
No se ve en este aumento el impacto de la sequía. Si uno analiza las estimaciones de Oil World, publicadas a fines de enero, y la predicción (conocida el 10 de febrero) de parte del USDA, ambos informes sitúan la producción argentina en 3 millones de toneladas. Puede decirse que es un valor optimista. Contempla un rinde de 1467 kg/ha, suponiendo un 100% de superficie cosechada respecto de la sembrada y no perdida. Más razonable sería suponer, a la luz de los rendimientos obtenidos en el NOA y el estado del cultivo en el resto de las regiones girasoleras, que la superficie cosechada será 97% de la no perdida, hasta hoy, y que difícilmente se superen los 1430 kg/ha, con lo cual habría escasamente 2,84 millones de toneladas, siempre que el girasol rinda muy bien en las provincias de Buenos Aires y La Pampa.
Según la Bolsa de Cereales, en su informe del 6 de febrero, con un porcentaje cosechado del 12,5%, sobre una superficie de 2,1 millones de hectáreas, se registra una merma de casi el 73% en las toneladas cosechadas hasta el momento, en relación a la temporada pasada, a raíz de los bajos rindes (promedio de apenas qq/ha 9,1) en el Noroeste, Norte de Santa Fe y Entre Ríos, regiones donde la sequía impactó de manera dramática (rindes medios 51% inferiores). Los primeros lotes recolectados en el norte de La Pampa mejoran el promedio, con rindes que oscilarían los qq/ha 20.
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