Por Fernando Vilella
El girasol es domesticado hace 5000 años por las tribus de Arizona y Nuevo México, siendo una de las pocas especies relevantes cultivadas a escala global del actual territorio de los EE.UU, como los arándanos, los pecanes, los pavos o algunas especies forestales. En diversas culturas amerindias es la representación de la deidad solar.
Los españoles lo llevan a Europa donde se cultiva inicialmente como ornamental. Se expande por diversos países y se instala con gran potencia en el este dominado por la iglesia ortodoxa. Hoy Ucrania y Rusia los principales productores seguidos por Argentina. La relevancia religiosa se debe a que para esa iglesia en días de cuaresma no se podían consumir aceites vegetales provenientes de cultivos listados antes del descubrimiento de América y por eso el girasol estaba ausente. Esto impulso fuertemente su expansión. Se reforzó por políticas públicas de los zares como Pedro el grande que impulsaban el mejoramiento genético de la especie. Hoy es la flor nacional tanto de Ucrania como del estado de Kansas.
Ese mejoramiento fue intenso como en la mayoría de los cultivos importantes, algunos fueron pasar de múltiples tallos y capítulos a un solo tallo con una inflorescencia grande, aumentando rendimiento y contenido graso en las semillas. Estas pueden llegar a tener más del 55% de su peso en aceite, para comparar podemos decir que la soja solo tiene el 18% siendo el resto usado como suplemento proteico, y es nuestro principal producto de exportación. En girasol también una vez extraído el aceite se utiliza en alimentación animal.
Dije inflorescencia porque en realidad desde el punto de vista botánico es un capítulo que tiene de 150 a 2000 flores, las externas presentan lo que llamaríamos pétalos de colores intensos que atraen a los insectos polinizadores y son estériles, mientras que el resto, cada una dará cada futo/semilla. La matemática de su disposición es notable ya que están dispuestas formando patrones siguiendo la secuencia Fibonacci: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, donde cada número de la secuencia es la suma de los dos anteriores (55=34+21). La forma es una espiral de Fermat y la distribución es con ángulos entre ellas de 137.5° que es la forma más eficiente de empaquetamiento de las flores en el espacio.
Llega a la Argentina también por motivos religiosos, en este caso en los equipajes de los judíos expulsados por los pogromos de los zares rusos, llegando a las colonias promovidas inicialmente por el Barón Hirsch, alguna de ellas cercanas a Carlos Casares. . A EE. UU. y Canadá la llevaron los menonitas. Se consumía el aceite y las pepitas tostadas o saladas, las pipas. Desde las colonias avanza como un cultivo con poco tecnología e inversión y va ganado el mercado de aceites comestibles y hoy es el más consumido a nivel interno y es un cultivo con mucha tecnología diferenciando el destino aceite o confitería.
La calidad del aceite es muy buena con gran aporte de vitaminas como la E, cuatro veces mayor al de oliva, y en el caso de las variedades de alto oleico los valores pasaron del 20 a más del 80 %, superando incluso al de oliva.
Hay algunas peculiaridades agroecológicas detrás de este camino, según los mapas climáticos del climatólogo y botánico alemán Wladimir Köppen hay tres grandes zonas con una denominado Cfa (Cfa – Subtropical húmedo o sin estación seca y verano cálido) que son las grandes llanuras de EEUU, las chinas y las de Argentina, Uruguay y sur de Brasil. Más otras con pequeñas superficies en Ucrania, otros países europeos y Australia. Entonces una especie originaria de un ambiente Cfa en EEUU migra y se mejora por las razones expuestas en Europa del este y vuelve a nuestro Cfa. Tanto es así que en el centro de nuestro país podemos encontrar dos formas silvestres del género.
La soja es originaria del Cfa de China, es extensamente mejorado en otro Cfa de EE. UU., no resulta extraño que en nuestros países sudamericanos haya encontrado nichos tan apropiados para establecerse.
Este camino se refleja en el arte de diversas maneras asociadas, los cuadros de los genios Van Gogh y Gauguin o Klimt lo muestran en jarrones como flores decorativas, y como campos cultivados en el cine en Los girasoles de Rusia con los magníficos Sofia Loren y Marcelo Mastroianni o los campos cultivados de Diego Rivera y Frida, esta última también adornándose con estas bellas flores.
Aquí Argentina tiene un lugar de liderazgo ya que es el tercer productor mundial, si se se suma la UE como un todo es cuarta. De un total mundial de 50/54 millones de tn, alrededor de 3 a 3,5 son argentinas, es decir un 6 o 7 % del total. Solo superada por el 13% de la soja y cebada, la participación en maíz es el 4% o el 2,5 % del trigo.
La historia del girasol nos muestra los impactos de las sucesivas ondas de globalización, el mejoramiento genético y los impactos de las religiones o políticas. El zar que expulso judíos configuró su competencia en el siglo siguiente. En Argentina nuestras políticas y estrategias potenciaron los sistemas productivos y exportadores de nuestros socios del MERCOSUR ya que una medida equivocada de hoy, aunque se pretenda momentánea afecta sin control el futuro. Por ello la reflexión previa y experta es siempre importante.
Vilella es Ingeniero Agrónomo, Profesor Titular Cátedra de Agronegocios y Director del Programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires
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