La oleaginosa es uno de los cultivos más sensibles a las interacciones entre diferentes productos fitosanitarios, por lo tanto es crucial el correcto lavado de los equipos pulverizadores.
La oleaginosa es uno de los cultivos más sensibles a las interacciones entre diferentes productos fitosanitarios, por lo tanto es crucial el correcto lavado de los equipos pulverizadores.
El girasol es uno de los cultivos más sensibles a los daños que pueden ocasionar los equipos pulverizadores contaminados con principios activos pertenecientes a residuos de aplicaciones previas. Los problemas de fitotoxicidad han aumentado de la mano del crecimiento en el control de malezas. En Argentina se realizan 10 millones de cargas al año.
El 56% de la superficie de girasol se aplica con herbicidas post-emergentes. Un trabajo realizado por Ernesto Sakima y Aimar Pena, ambos de BASF, señala que durante las últimas campañas se ha observado la aplicación, sobre cultivos y barbechos, de varios ingredientes activos al mismo tiempo. Los técnicos explican que algunos de estos productos son difíciles de eliminar de las pulverizadoras generando consecuencias que han llegado a detectarse hasta en dos aplicaciones posteriores de productos fitosanitarios.
Los principios activos que presentan mayor relevancia y participan en el control de malezas difíciles en barbechos son diclosulam, 2,4 D, paraquat + diuron y clorimuron. Como consecuencia de estas interacciones entre principios activos, aparecen síntomas de fitotoxicidad en los cultivos que en los casos más severos llegan a la reducción del número de plantas. En lo que hace al grado de fitotoxicidad se destacan diclosulam, clorpirifos, 2,4D y glifosato.
Los efectos surgen por las características de los productos fitosanitarios, que son extremadamente activos a dosis muy reducidas. Según los relevamientos realizados, a partir de 1/100 parte de la dosis de producto formulado se observan síntomas importantes de fitotoxicidad.
Los autores señalan que es importante realizar una determinación del remanente de producto por lo menos una vez para cada mezcla de tanque y de esa forma establecer el protocolo de lavado en función del riesgo o dificultad para limpiar correctamente el equipo pulverizador.
Por lo tanto, para evitar daños indeseados en el cultivo, es importante que los operadores de equipos de aplicación y los productores de cultivos sensibles, como el girasol, utilicen todos los métodos de constatación y limpieza disponibles.
Todos los residuos deben ser completamente removidos del tanque y para ello existen productos disponibles en el mercado que facilitan y aseguran el correcto lavado. Los técnicos de BASF recomiendan la utilización de un limpiador para equipos de pulverización que ayude a prevenir la contaminación cruzada (contaminación por restos de producto no destinados a ese cultivo) y a proteger de la corrosión y descomposición a los materiales del pulverizador.
Una vez hallada una metodología de trabajo correcta para la limpieza de la máquina pulverizadora deberá repetirse cada una de las veces que se cambia de tarea. De esta manera se asegura el correcto funcionamiento y protección del equipo pulverizador y de los cultivos sobre los que se realizan los tratamientos.
Por último, los especialistas indican que es importante tener en cuenta que antes de la aplicación hay que leer atentamente la etiqueta del producto a aplicar, donde se encuentra toda la información necesaria y también las características del equipo de protección más adecuado para el producto que se va a utilizar.
Este artículo es parte del Especial Girasol publicado por LaNación.com con material elaborado por ASAGIR. Para ver esta nota: http://especiales.lanacion.com.ar/destacados/14/girasol/nota8.asp