Cadena de valor del girasol: importancia macroeconómica y balance de campaña
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La Retenciones interrumpieron la recuperación del área girasolera. Los rendimientos nacionales récords y los regionales superaron a los del último quinquenio, en las siete principales regiones. La cadena mueve MU$S 2.057 y genera un Valor Agregado

Cadena de valor del girasol: importancia macroeconómica y balance de campaña

Importancia macroeconómica de la cadena de valor

El del girasol es un complejo exportador. Se proyecta que en 2020 el 51 y el 53% de las producciones de aceite y harina proteica, serán vendidos al exterior, sin desabastecer el consumo interno que, en el caso del aceite, alcanza a 14,2 litros por habitante.

Se planteará, a continuación, un conjunto de indicadores de la significación del sector:

 

a) Exportaciones del Complejo en 2019.

En base a una producción de grano de MT 3,8 (campaña 2018/19), las exportaciones totales del Complejo alcanzaron los MU$S 830 (INDEC), con un crecimiento interanual del 33,2%.

- Las de aceite en bruto fueron de MU$S 581; con 36,1% de suba.
- Las de pellets de harina, MU$S 165; con un incremento del 14,6%.
- Las de semilla, MU$S 84; con un aumento del 61,5%.

 

Representan:
- El 1,27% de las exportaciones argentinas totales, MU$S 65.115.
- El 4,53% de las exportaciones del Complejo Oleaginoso, excluido el biodiesel, de MU$S 18.325.
- El 4,35% de las exportaciones del Complejo, incluido el biodiesel, por MU$S 19.102 y
- El 2,11% de las exportaciones del Complejo Agroindustrial, principalmente agroalimentario, es decir excluyendo biodiesel y la producción e industrialización, pesquera, que sumó MU$S 39.299.

b) Proyecciones para 2020 del Valor Bruto de la Producción y del Valor Agregado.

Se emplea el año calendario 2020, en el cual se ofrece una producción de girasol de MT 3,4; un 10,5% inferior a la de la campaña anterior.

En ASAGIR estimamos, para 2020, que:

- El Valor Bruto de la Producción de la Cadena de Girasol se estima en MU$S 2057 (7,5% de caída interanual).

- El Valor Agregado (PBI) de la Cadena se estima en MU$S 898 (merma del 3,7%). Representa un 43,7% del valor de la producción. Empleando la última estimación de Valor Agregado Nacional publicada por el Ministerio de Economía en Enero de 2020 y utilizando un Tipo de Cambio de $/U$S 61, se llega a que el Complejo aporta el 0,252% del PBI Nacional estimado en BU$S 21,75. Bajo la presunción de una caída de 10 puntos del PBI, por efecto pleno del Coronavirus, la participación del complejo subiría al 0,28%.

- Las exportaciones del complejo alcanzarían la cifra de MU$S 672, con una caída del 19%.

Por su parte, el Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, empleando una metodología apenas diferente a la aplicada por ASAGIR (presentada más arriba), llega a la conclusión de que el Valor Agregado alcanzará la cifra de MU$S 819; un 3, 3% menos que el obtenido en 2019. Esta metodología permite determinar que los agricultores y la industria tributarán MU$S 254 de impuestos tales como Retenciones, Otros coparticipados y Provinciales, un 10,8% menos que el año pasado. La distribución del Valor Agregado remunerará en total con MU$S 571 distribuidos de la siguiente manera: a los rentistas MU$S 278, a los productores MU$S 139 y al procesamiento MU$S 154. En conjunto recibirán el 2,5% menos que en 2019.

Balance agronómico de la campaña 2019/20

a) Un poco de historia.

Luego de la sustantiva baja de precios, registrada a nivel mundial, por la sobreoferta de aceite argentino a principios del Siglo XXI, el área y la producción girasoleras tuvieron un buen ciclo de crecimiento, hasta la campaña 2007/08 en que alcanzaran un récord de MHas 2,7 y MT 4,5. A fines de 2007 se impusieron Retenciones del 32 y 30% para el grano y los subproductos, comenzando desde entonces una etapa de fuerte desaliento hasta fines de 2015, en que se eliminaron los Derechos de Exportación (comienzos de la presidencia de Macri). El área de la campaña 2014/15 era la mitad de la de 2007/08. La producción no había caído a la mitad sino hasta MT 2,9; un 36%, gracias al logro de un nuevo status de rinde, ya que en siete años el mismo pasó de aproximadamente qq/ha 17,7 a qq/ha 22,2 en la campaña de mínima siembra (2014/15).

Entre las siembras de 2014 y 2018 se produjo un aumento sustantivo del área, de MHas 1,35 a 1,90 manteniéndose los rangos de rendimientos, regionales y nacionales, que se presentan en la siguiente tabla. Lamentablemente, en Agosto de 2018 se redujeron drásticamente los reintegros de impuestos indirectos a la exportación y en Setiembre se reimplantaron Retenciones de $ 3 por Dólar exportado, equivalentes a un 7-8% del valor FOB.

Cuando el productor enfrentó la siembra de la campaña que acaba de concluir, el valor esperado se había reducido en 23%, como consecuencia de las dos causas antes mencionadas y una caída del 12% en los precios internacionales. De allí que el área de Mhas 1,65 refleje una merma del 13% con respecto a la campaña anterior.

b) Análisis de los rendimientos nacionales y regionales.

En las últimas seis campañas, el promedio de rinde nacional alcanzó los qq/ha 21,1 con un rango de 20,3 a 22,2. Este registro también corresponde a la campaña 2019/20. Ver Tabla.
Se presenta a continuación el análisis de rendimientos para las siete regiones más representativas que, para la campaña que acaba de concluir, equivalen al 95,1% del área nacional.

Se observa que en la reciente campaña, prácticamente en todas las regiones se superó la media de las cinco cosechas anteriores, aunque no en todos los casos se alcanza el máximo del rango de rindes expuesto en la tercera columna. Los problemas climáticos que afectaron a subregiones de la Provincia de Buenos Aires y La Pampa y al NEA, no lograron disminuir el resultado agronómico.

La superficie perdida, de 4,26% (unas 68.200 hectáreas), fue superior a la media del quinquenio previo (3,64%). El NEA y el Centro de Buenos Aires, con 4,91 y 4,88% fueron las más perjudicadas. Las superficies perdidas en el último quinquenio por cultivos competitivos, en el total del país, fueron de 3,82 y 6,49% para maíz y soja, respectivamente.

Puede afirmarse que los rendimientos en girasol son relativamente estables, dada la mayor resistencia del cultivo a la sequía. Prácticamente en ninguna región en las últimas seis campañas se vieron caídas como las sufridas en 2018, en los rendimientos de maíz (25,6%) y soja (30,0%) en relación al trienio anterior.

Se concluye entonces que los rendimientos son más estables, menos afectados por contingencias climáticas y que las superficies perdidas son inferiores, por lo general a las de los cultivos competitivos.

Analizaremos, en particular, lo sucedido en las cuatro regiones girasoleras más importantes:

1) En el NEA los rindes oscilaron en los rangos señalados en la tabla, pero en todos los años se registran pérdidas superiores al promedio nacional. Así, la media de las seis últimas campañas es de 5,88%. Esta región fue clave en la recuperación del área nacional, con un vertiginoso crecimiento entre las siembras de 2014 y 2018 (de 135.000 a 440.000 hectáreas). Lamentablemente en la última campaña el área cayó a 305.000 hectáreas, por las razones económicas apuntadas (menores precios) y por dificultades climáticas en subregiones de Chaco al momento de la siembra.

2) Centro-Norte de Santa Fe. También fue clave la recuperación de área, al pasar de 90.000 a 280.000 hectáreas en el quinquenio pasado. Lamentablemente, los desincentivos económicos produjeron una merma hasta las 230.000 hectáreas en 2019. Esta región se caracterizó en cuatro de las seis últimas campañas por tener pérdidas superiores a la media nacional (5,13% en promedio). Se observa un rinde en las últimas tres campañas, 16,6% superior al trienio previo. Se pasó de qq/ha 19,2 a 22,4. El girasol del Norte (Chaco, Santa Fe y Santiago del Estero) en conjunto, pasó del 14,4% de la producción nacional en 2015, al 33,5% en 2019 y al 32% en 2020. Sirva para la comparación, que en la cosecha récord de 2007/08, el Norte representaba apenas el 20,1%.

3) Sudeste de Buenos Aires – Sur de La Pampa. Tuvo en los años bajo análisis, rendimientos relativamente estables, salvo en la campaña 2017/18, que se vio afectada por inundaciones y posterior sequía. Aún así, en ningún año tuvo pérdidas de hectáreas superiores a la nacional (3,14% en el sexenio).

4) Sudeste de Buenos Aires. Es la región de rindes más estables y en ninguna campaña de las analizadas tuvo pérdidas de área superiores al promedio nacional (2,56% en el sexenio).

Por Lic. Jorge Ingaramo. Asesor Económico de ASAGIR
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario



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