Una torta para el futuro

Lucas Villamil
Especial para Clarín

La semana pasada, en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se presentaron las primeras conclusiones del programa PICTO (Proyecto de Innovación Científica y Tecnológica Orientado), constituido por nueve proyectos de investigación orientados a incrementar la competitividad del cultivo de girasol. Este programa comenzó en 2004 a partir de líneas de investigación propuestas por la Asociación Argentina de Girasol (Asagir) y reparte un millón y medio de pesos para el desarrollo de los proyectos, financiados conjuntamente por Asagir y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). Pablo Calviño, uno de los especialistas encargados de revisar y enriquecer los trabajos, aseguró que "el programa PICTO tiene una importancia enorme. La cadena del girasol es una de las que funcionan realmente bien en la Argentina. Que hoy se pueda mostrar los frutos de la investigación apoyada por instituciones privadas y fondos científicos es buenísimo." Luego agregó que "hay proyectos que son aplicables desde el punto de vista macro o desde el productor, como el que realizó el grupo del INTA Anguil y Villa Mercedes estudiando muchos parámetros que tienen influencia en el cultivo del girasol." Este proyecto, realizado en el oeste de Buenos Aires, La Pampa, el sur de Córdoba y el oeste de San Luis, es el más práctico y se podrá utilizar en el corto plazo.
Consiste básicamente en la identificación y valoración de los principales factores limitantes del rendimiento y la influencia de distintos manejos sobre la sustentabilidad de cada sistema.
"El resto de los proyectos son muy importantes para la cadena del cultivo del girasol pero tienen una aplicabilidad de más largo plazo, de cinco a diez años. Se trata de proyectos mucho más difíciles de entender para el productor, pero que tienen una gran trascendencia, como es la identificación de QTLs para el mejoramiento genético. Con esta herramienta, por ejemplo, se puede avanzar en el control de enfermedades como esclerotinia o el estudio anatómico de los distintos tipos de girasoles y su influencia sobre la composición de las ceras," explicó Calviño.
Según Armando Bertranou, Director del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica, "en los últimos años se ha puesto al conocimiento en el centro de la escena del desarrollo de las naciones, pero este conocimiento no debe estar solo. Para que el conocimiento adquiera sentido es necesaria la interacción de actores, la relación entre universidad y empresa, el sector público y el privado".
En el programa PICTO están involucrados representantes de las universidades, el INTA, el Conicet, Asagir y la ANPCyT. Es decir que se trata de una fuerte interacción entre actores con un mismo objetivo. "Este trabajo que la agencia ha hecho con Asagir es un ejemplo minúsculo pero trascendente de cómo podemos empezar a aprender las lógicas empresarias, la lógica del financiamiento que no sólo viene del Estado," opinó Bertranou.

Proyectos

En el comienzo del programa fueron evaluados 21 proyectos de investigación, pero sólo nueve fueron seleccionados para su financiación. Su alcance es muy variado y tienen diferentes tipos de impacto en la cadena del girasol. Es por esto que se formó un equipo multidisciplinario de observación, para realizar un completo análisis de los logros y las potencialidades de cada trabajo.
Entre otros, los proyectos presentados fueron los siguientes:

Análisis genético de la respuesta del crecimiento foliar del girasol al déficit hídrico, desarrollado por la Universidad Nacional de Mar del Plata;
Ecofisiología de la tolerancia a la densidad poblacional y la resistencia al vuelco y quebrado en girasol, realizado por la UBA;
Selección de genotipos de girasol resistentes a herbicidas imidazolinonas por metodologías no convencionales, de la Universidad Nacional de Rosario;
Caracterización de las propiedades fisicoquímicas y funcionales de proteínas y lecitinas de girasol, desarrollado por el Conicet.
Obtención de plantas de girasol transgénicas que expresen múltiples genes anti fúngicos, llevado a cabo por el INTA.