ESPECIAL GIRASOL LA NACION Un mapa para apostar al cultivo
11 de Octubre de 2012
La planificación de la siembra con otros cultivos permite, según la característica de cada región agrícola,
La planificación de la siembra con otros cultivos permite, según la característica de cada región agrícola, mejorar el balance de nutrientes y frenar el avance de las enfermedades que afectan los rindes.
Cómo insertar al girasol en la rotación de cultivos es uno de los temas de atención recurrente en los productores. De hecho, desde hace años, las jornadas de actualización técnica organizadas por ASAGIR incluyen un taller para debatir regionalmente este tema.
Es imposible dudar sobre los beneficios de incluir un cultivo distinto al anterior y posterior en una serie. Carlos Feoli, coordinador del Convenio INTA - ASAGIR, a cargo de liderar los talleres de rotación detalla que entre las opciones que surgen habitualmente se destaca la rotación maíz o sorgo – soja - maíz o sorgo – girasol - trigo o avena o cebada - y soja. También se lo ve protagonizando en la serie girasol - maíz o sorgo – avena – girasol - maíz o sorgo; o simplemente maíz o sorgo y girasol.
“En líneas generales, la rotación implica una más balanceada extracción de nutrientes, ya que cada cultivo demanda distintas proporciones de cada mineral. También se produce una interrupción en el desarrollo de patógenos cuando la serie incluye especies con potenciales enfermedades no comunes, disminuyendo la presencia de inóculo al no disponer de hospedante para nutrirse y reproducirse. Por ejemplo, Sclerotinia o Verticillium son patógenos del girasol y no de los cereales”, desarrolla Feoli.
A su vez, los distintos ciclos de cultivo demandan atención en distintas fechas. Siembra, pulverizaciones, cosecha no coinciden resultando en una mejor y más eficiente gestión de la infraestructura en maquinaria. Hay que tener en cuenta que el girasol se cosecha antes que el maíz o la soja, por lo que también se puede disponer antes del físico en momentos del año en que el productor suele necesitar un ingreso de dinero. Y, por supuesto, al incorporar al girasol en la rotación también se diversifica el riesgo climático.
Las razones por región
Se estima una siembra de alrededor de 2 millones de hectáreas para esta campaña. En cada región, los productores tienen sus motivos para volver a sembrarlo. Carlos Feoli, sintetiza algunas de las razones que presentan los productores de cada zona.
En el NEA, la siembra de girasol puede realizarse desde mediados de julio - principios de agosto. Esta es la mejor fecha dada la baja incidencia de malezas y plagas en el ciclo del cultivo. Entonces, el girasol genera ingresos en diciembre/enero momento donde ningún otro cultivo lo hace y con una alta seguridad de cosecha. A su vez, los gastos de implantación y protección del girasol son menores a los de la soja, algodón o maíz. Además, es un cultivo conocido y sencillo de realizar, la existencia de híbridos adaptados y probados en la zona facilitan el logro de cosechas rentables.
La vigencia y continuidad del cultivo de girasol en la zona del centro oeste chaqueño y noreste santiagueño y su incorporación en la rotación responde básicamente a la seguridad de cosecha. Las altas temperaturas al momento de la recolección facilitan el acceso rápido a la mayoría de los lotes luego de las precipitaciones. Además, se utiliza maquinaria en momentos ociosos.
El oeste bonaerense, considerado ecológicamente como la región girasolera central de la República Argentina, es un ambiente muy apto para el desarrollo del cultivo. “Cuando se analiza el resultado agrícola de un determinado ambiente debe considerarse el grado de asociatividad existente entre los rendimientos alcanzados entre ellos y por ende el nivel de riesgo económico: si consideramos a la soja como el cultivo que ha desplazado al girasol deberíamos detenernos a conocer que hay muy poca asociación entre ambos, es decir que la probabilidad de interacción anual de rendimientos es muy baja”, explica Feoli.
La diversificación de cultivos en la rotación agrícola permite darle mayor estabilidad a los resultados económicos de las empresas. También aportan a la sustentabilidad de los sistemas. “La tasa de sustitución del cultivo de girasol por soja y la distribución relativa de los que contribuyen positivamente al balance de carbono (maíz-trigo) tiende a promover un deterioro muy marcado de los ambientes. Este escenario de fuerte incorporación de la soja plantea poner foco en los balances no sólo de carbono sino también de nutrientes y más precisamente del fósforo”, detalla Feoli. Además, según varios autores, el girasol parece tener un efecto positivo en la generación de biodiversidad microbiana en estos ambientes y similares resultados sobre diversidad son expresados para insectos y malezas.
En el sudeste, el girasol es sembrado en aquellos sitios donde es probable que haya riesgo de déficit hídrico de fines de enero y febrero o con riesgo de excesos hídricos hacia el otoño, por cosecharse 30-45 días antes que la soja. Pero, además, es un excelente antecesor de trigo. En promedio, el trigo necesita 45 kg/ha de urea menos que con antecesor soja para obtener los mismos rendimientos. Con buen manejo, el girasol tiene excelentes niveles de rentabilidad y bajo costo. La rentabilidad en estos casos es del mismo nivel que las otros cultivos competitivos. Y, además, permite diversificar el impacto de diferentes momentos de déficit hídrico y precios de los granos, y hacer más eficiente el uso de la maquinaria para siembra y cosecha, posiblemente el punto más importante en la región.
En el sudoeste dicen que el girasol es un cultivo que se adapta a las condiciones ecológicas de la zona, con clima subhúmedo, inviernos fríos, heladas tardías y típicas sequías de verano (especialmente en enero). Los suelos presentan un manto de tosca más o menos continuo a 40-60 cm de profundidad en los suelos someros y a más de 1 metro hasta desaparecer en los suelos más profundos. El cultivo posee una raíz pivotante con gran capacidad de exploración del perfil del suelo, que sumado a su habilidad de disminuir el consumo de agua en períodos de sequía, perdiendo turgencia en las hojas, hace que tenga en esta zona un muy buen comportamiento.
“El potencial de rendimiento en la zona es muy alto. Los promedios de los ensayos realizados en suelos profundos muestran el alto potencial de este cultivo. El mercado dispone de una gran variedad de híbridos, de gran performance en grano y aceite y destacado comportamiento a las enfermedades, también podemos encontrar híbridos alto oleico o tipo confitero destinados a mercados no tradicionales”, destaca Feoli para agregar que existe un paquete tecnológico bien desarrollado y conocimiento del cultivo: la variedad de herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes, etc. permiten disponer de todas las herramientas necesarias para lograr un cultivo rentable y exitoso.
Como antecesor de trigo es excelente. Libera temprano el lote, permitiendo una muy buena acumulación de agua en el otoño, fácil manejo del rastrojo con bajo costo de implantación del cereal. “Aún con veranos muy secos siempre llega a cosecha: en suelos profundos, con almacenamiento de humedad durante barbecho, mantiene un alto potencial de rendimiento en estos años y en suelos someros. Si bien la cosecha será más dependiente de las lluvias, el girasol siempre tendrá rendimiento en grano, mientras que otros cultivos (maíz o soja), en estas condiciones, caen a valores cercanos a cero”, destacó el técnico.
Por último, no hay dudas de que el girasol aporta positivamente a la rentabilidad de los sistemas de producción. Mucho de lo que suceda en este cultivo impactará en el próximo y en suelos someros la siembra de girasol hace más rentable y estable a la rotación trigo – girasol. En tanto, en suelos profundos es un cultivo rentable y seguro con rendimientos promedios anuales superiores a 23 qq/ha (corregidos a 42 % de aceite).