Sanidad y manejo nutricional, claves para mejorar los rindes

Clearfield Plus es la nueva tecnología que tendrá la oleaginosa para volver a pisar fuerte. Mayor control de malezas, sin perder rendimiento ni calidad, y menos residualidad son los principales beneficios que se detallaron en el 5° Congreso Argentino de Girasol. Además, los análisis de suelo que se están llevando a cabo dan cuenta de que el manejo nutricional puede incrementar los rendimientos hasta un 10%.

 El Bloque 4 de la primera jornada del 5º Congreso Argentino de Girasol se abocó al estudio de las tecnologías que ya se están lanzando al mercado y de las estrategias de manejo de suelo y nutrición que pueden incidir en la reducción de la brecha entre los rendimientos potenciales y aquellos que se están alcanzando hoy.
 

 Durante la charla “Nuevas tecnologías en tolerancia a herbicidas”, Carlos Sala (Nidera) y Brigitte Wetson (BASF) dieron a conocer los beneficios del recientemente lanzado Clearfield Plus, que empezará a verse en los lotes de nuestro país en la próxima campaña 2010/11.
 

Carlos Sala habló de la importancia de los CL para el girasol en los últimos años y destacó que “el 38% de los productores ya adoptó esta tecnología, siendo la más rápidamente incorporada en el país”. Es que su adopción permitió, entre otras cosas, un mejor y más efectivo control de malezas, la reducción del número de aplicaciones necesarias, la factibilidad de la siembra directa, así como una mejora en la eficiencia y la calidad de la cosecha. 
 

 Por eso, BASF y Nidera decidieron ir más allá y desarrollaron una tecnología que busca complementar la experiencia de la primera en los genes AHAS y tecnologías asociadas con la experiencia de la semillera en el cultivo y la genética de girasol. De esa manera nació Claerfield Plus, la combinación de un nuevo gen y la tecnología CL, que apunta a un mayor control de malezas, sin perder rendimiento ni calidad y con menor residualidad (lo que permite un mejor manejo de siembra del cultivo siguiente).
 

 Uno de los puntos fuertes que marcó Brigitte Wetson fue el logro de mayor rendimiento de materia grasa por hectárea que permitirá, “ya que no posee arrastre de regiones silvestres que producen depresión del rendimiento y del contenido de aceite”. Además, señaló que se trata de una tecnología de mayor adaptabilidad, estabilidad y confiabilidad que la actual en términos de la tolerancia a imidazolinonas, lo que se traduce en menor estrés y mayor rinde para el cultivo y, en segundo lugar, en una mayor flexibilidad de uso, mayor independencia de condiciones ambientales pre y post aplicación y menor riesgo de fitotoxicidad 
 

 Finalmente, la especialista de BASF apuntó que Clearfield Plus no sólo permite la aplicación de nuevas formulaciones de herbicidas, sino que además trae beneficios para los mejoradores, ya que simplifica su tarea. Al estar controlado por un solo gen sin intensificador necesario, se facilita la selección, se pueden utilizar marcadores y conversiones asistidas por MM para llevar el trait a genotipos convencionales de alto rendimiento. El resultado final es que hace innecesario disponer de un programa Clearfield aparte del programa convencional y se incrementan las tasas de recambio de materiales genéticos en el mercado.

El suelo, en el foco

 La otra charla del Bloque fue “Suelo y fertilidad en la conducción del cultivo”, a cargo de Martín Díaz Zorita, miembro de la consultora DZD Agro. Allí, la conclusión más importante fue que el manejo nutricional puede lograr respuestas de rendimiento de hasta un 10%. Pero para ello es necesario darle al estudio del suelo y de los nutrientes un papel mayor a la hora de decidir el planteo.
 

 Díaz Zorita remarcó que en muchos lotes girasoleros del país se encuentran frecuentes restricciones de nitrógeno (N) y fósforo (P). De allí que “comprender la nutrición y  su vínculo con el suelo es esencial para tomar decisiones”, señaló el consultor y agregó que “el suelo tiene una función muy importante, que es ser reservorio de agua; conocer cuánta agua hay en el suelo marca nuestros rendimientos”.
 

 Para el caso del P, Zorita comentó que los estudios que llevan realizados han demostrado la relevancia de los análisis previos para detectar su presencia, así como que se han visto mayores respuestas en siembras tempranas. Mientras que en N, el análisis integral suelo-planta-manejo debe volverse una herramienta insoslayable para los productores. A partir de estos estudios, se podrá decidir si se desarrolla una estrategia que permita ir a capturar nutrientes o bien es preferible implementar una estrategia defensiva.
 

“El manejo de los nutrientes incide en la brecha”, resaltó el experto. Y añadió que: “el cultivo de hoy no sólo se maneja con mejoramiento genético, sino también con fertilización; un buen manejo de la fertilización de base hace a la conquista del sitio de producción”.
 

 Dentro del panorama actual de siembra, Zorita subrayó que lo que se está viendo es que la Siembra Directa ya es parte del sistema del girasol y que esto mejora el uso del agua y la presencia de materia orgánica, entre otros beneficios. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que “hay un cambio en el suelo: el ingreso de la SD nos está forzando a pensar en factores que habíamos dejado de considerar como la importancia del efecto de los nutrientes, la exploración de suelos más compactos, etc.”.
 

 Finalmente, Zorita señaló que un buen planteo que considere el aspecto nutricional es clave en la rentabilidad del cultivo: “la búsqueda de la eficiencia en la implantación es la búsqueda de la mejora económica”, concluyó.