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08/11/2008 Clarín - Nota - Sup. Rural - Pag. 24

La hora después de la burbuja

Para el autor, tras el fin de la burbuja de precios granarios, una suave recuperación vendrá cuando el dólar comience a devaluarse frente al resto de las monedas otra vez.

Para el autor, tras el fin de la burbuja de precios granarios, una suave recuperación vendrá cuando el dólar comience a devaluarse frente al resto de las monedas otra vez. Pero indica que continuará la volatilidad. Y destaca la caída en los precios del complejo girasolero (Argentina es el primer exportador mundial de aceite de girasol).

Jorge Ingaramo. ECONOMISTA, CONSULTOR PRIVADO Y ASESOR ECONOMICO DE ASAGIR


Desde principios de julio hasta el 15 de septiembre pasado, desaparecieron las burbujas en los mercados de commodities, creadas desde mediados de 2007 por la crisis hipotecaria y la respuesta de política que diera lugar a una fuerte devaluación del dólar, contracara de la suba generalizada en los activos reales, salvo viviendas.
El 15 de septiembre comenzó la crisis bancaria, consecuencia (entre otras razones), de la mencionada pérdida de valor de los activos reales.
Desde ese momento, y a la espera de una política estable a ser instrumentada por el presidente electo de los Estados Unidos, el dólar y los bonos del tesoro norteamericano se constituyeron en los únicos refugios (también lo fue el yen, en menor medida, hasta hace 10 días), lo cual profundizó la venta de activos, para demandar dólares y, por ende provocó nuevas bajas en los valores de las commodities.
Entre el 15 de julio y el 28 de octubre, la paridad dólar-euro pasó de 1,599 a 1,253, o sea una revaluación del dólar del 27,7% en poco más de tres meses, lo cual generó un masivo cambio de portafolios, que induce a la devaluación de las monedas de los países emergentes y/o la drástica suba en sus tasas de interés (indicadores de una inevitable recesión).
Ante ello, el G-7 reaccionó e indujo una devaluación del yen, a raíz de la preocupación por las economías asiáticas; se produjo, de manera efectiva, la intervención con fondos públicos en bancos norteamericanos; la FED inyectó liquidez en los mercados de crédito y se esperan bajas en las tasas de referencia para facilitar un cambio menos costoso en los portafolios.
Por esta razón, no hay tendencia clara en los valores de las commodities, aunque se presume que, al comenzar una suave devaluación (una vez más) del dólar, se habrá interrumpido la baja en los valores de las materias primas.
El ejemplo más claro lo constituye el barril de petróleo, que reaccionó favorablemente en los últimos días.
Es probable que continúe la volatilidad y haya "menores costos" para los países en desarrollo, por lo menos hasta que se estructure una respuesta que los contemple, probablemente derivada de la cumbre del G-20 en Washington, el 15 de noviembre.
Entretanto, el anuncio del Gobierno nacional referido a la estatización de los aportes a las AFJP, produjo una reacción negativa en los mercados y una corrida cambiaria, que retrajo reservas del Banco Central (actualmente en su nivel mínimo en lo que va del año, serio para un país con un superávit comercial externo esperado de más de US$ 10.000 millones en 2008).
La autoridad monetaria está sosteniendo una paridad que implica 20 centavos más por dólar que hace un mes (6% de devaluación).
La recesión en la Unión Europea, que ya lleva casi dos trimestres, hace prever menores requerimientos de insumos ganaderos y por ende, una menor demanda de harinas proteicas, así como su reemplazo por granos forrajeros más económicos.
Según Oil World, en 2008/09 habrá una caída de 2,3 millones de toneladas en el consumo de harina de soja (6% menos).
Simultáneamente, en el caso del girasol, está ingresando una cosecha récord: para 2008/09, nuestros tres competidores en el Hemisferio Norte aumentarán su oferta casi 26%.
Por ende, la producción mundial de este aceite alcanzaría un máximo histórico de 11,5 millones de toneladas, con más de 15% de suba (recordar que la campaña 2007/08 fue afectada por climas muy adversos).
Aunque todavía no se han revisado a la baja las estimaciones disponibles de consumo de girasol y derivados, puede decirse que se mantendrá cierta estrechez de stocks a nivel mundial.
Resta conocer también aquí la sustituibilidad que podría existir entre aceites más caros y otros de menor calidad.
El aceite de girasol cotiza en torno a 890 dólares la tonelada y se espera un valor para enero-marzo de 865 dólares la tonelada. Sufre un descuento del 13% con respecto al aceite de canola y tiene una prima de apenas el 2% en relación al de soja.
El procesamiento de colza, en la Unión Europea, creció 21% en septiembre, con respecto a igual mes de 2008.
En el marco de la actual iliquidez (dólar caro), la industria está comprando localmente la abundante cosecha.
Al igual que en los valores absolutos, se registra volatilidad, también, en las primas y descuentos entre aceites y/o harinas.
El valor FOB fijado por la SAGPyA para el aceite ha caído más del 40% en el término de un año. Recuérdese que, en noviembre de 2007, había fuerte escasez en el Hemisferio Norte y se esperaba una magra cosecha.
Ya había comenzado la suba impactante de precios, que alcanzó los 2.045 dólares la tonelada en junio.
Por esta razón, las caídas en los valores del complejo girasolero son más marcadas que en productos competidores.
En el mercado disponible de semilla hay escaso entusiasmo, tanto en la oferta como en la demanda.
Como el mercado externo de aceite, relevante para la Argentina, se está abasteciendo con la cosecha del Hemisferio Norte, hay menor stock en las plantas industriales locales e incluso algunas han anticipado vacaciones o efectuado paradas técnicas.

Cuestión de números

En el Mercado a Término de Buenos Aires el disponible osciló entre 197 y 206 dólares por tonelada en los últimos días. Hay pocas operaciones para la posición marzo-2009, que alcanza los 223 dólares la tonelada.
En el Informe de la Bolsa de Cereales del 31 de octubre, se consigna un 47,4% de cobertura del área total proyectada (2,30 millones de hectáreas).
Finalmente, pese a la mejora en el tipo de cambio nominal, la política oficial mantiene niveles de retenciones (32% para la semilla) incompatibles con la evolución reciente de los precios internacionales.
El escaso interés de la demanda del Hemisferio Norte hace que tampoco se refleje en el FOB local la drástica caída en los costos de transporte por menor valor del petróleo.
No se verifican bajas sustantivas en los costos de implantación y protección del cultivo.
Por ende, difícilmente se alcance el área estimada que, de por sí, es 14,8% menor a la del año anterior, o sea unas 400.000 hectáreas menos.

 



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