¿Huevos fritos? Quizás no... ¿Y por qué no hacemos un pescado o unas papas fritas?
La respuesta a esa pregunta se está volviendo cada vez más difícil en la medida que los precios de los aceites vegetales —y especialmente el de girasol— han escalado tan alto que se han vuelto un lujo en la cocina.
Tan alto, que algunos consumidores se quejan y también se ríen en las redes sociales con mensajes como "vendo camisa con manchas de aceite".
En Chile, por ejemplo, es más barata una botella de pisco (la bebida alcohólica más común en el país), que una de aceite en algunos supermercados.
Y en México es el producto cuyo precio más ha aumentado dentro de la canasta de alimentos que mide el Instituto Nacional de Estadística (INEGI).
En Reino Unido, España, Italia o Alemania se han aplicado políticas de racionamiento, con algunos supermercados poniendo un tope de compra de entre uno y tres litros por persona al día.
Junto al racionamiento, es cada vez más común encontrarse con estanterías vacías.
El problema no es solo que ha subido de precio, sino que en algunos negocios simplemente no hay.
La escalada en los precios de los combustibles y los alimentos ocurre en el contexto de una inflación rampante que afecta a todo el mundo, impulsada principalmente por la guerra en Ucrania y los efectos económicos que ha dejado la pandemia de covid-19.
Tanto se ha disparado el valor de los alimentos en el mundo que organismos internacionales han advertido sobre un aumento del hambre en los países más pobres.
Además de otros productos alimentarios como el trigo, el maíz, o la soja —que han alcanzado precios impensables— el aceite es uno de los más afectados.
A nivel mundial el valor de los aceites vegetales ha aumentado 46,5% en los últimos 12 meses, según el Índice de Precios de los Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Inflación en América Latina: los productos cuyo precio se ha disparado (y por qué la vida está "tan cara" en la región)
En América Latina la inflación del aceite en el último año cubre un rango muy amplio que va desde un 9% en Bolivia, a más de 60% en países como Costa Rica.
El precio del ahora llamado "oro líquido" que se vende en los supermercados chilenos como "aceite vegetal" aumentó 67% entre enero y abril de este año, según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), mientras que el aceite de girasol (también conocido como aceite de maravilla) subió 63,6%.
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