En el inicio del 7° Congreso Argentino de Girasol, que comenzó hoy en el auditorio de la UCA en Puerto Madero, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), Gustavo Idígoras, se refirió a las oportunidades que se abren a partir del acuerdo comercial firmado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
“Vamos a tener un trato preferencial en Europa, cuando antes debíamos ir a la cola. Entramos en un grupo selecto de países. Por eso debemos cuidar que no salga ni un solo barco de maíz o girasol con residuos de Diclorvós. El que pierde no es solo el exportador, sino el país en reputación y credibilidad”, puntualizó Idígoras acerca del insecticida que el año pasado fue prohibido por el Senasa y cuya ausencia es una condición indispensable para ingresar al viejo continente.
“La revisión del máximo de residuos es el tema de moda y todos los compradores van a la baja en el límite permitido. Debemos tomar con mucha seriedad ese tema. La cadena de girasol viene un poco retrasada respecto a otros sectores agroindustriales”, consideró.
En ese sentido, aseguró que a partir del acuerdo con la UE obligará a elevar la vara en el proceso de producción. “Tenemos un enorme desafío para crecer más. Europa nos está forzando a hacer cambios tecnológicos y en el proceso de elaboración”, sintetizó.
Al realizar un análisis del contexto internacional, Idígoras puntualizó que la Argentina tiene un 7% del total de las exportaciones de aceite de girasol, en un mercado donde los mayores compradores son la India, China, Turquía e Irán.
“India es el principal consumidor mundial con un 25% de la demanda mundial, pero impone un 45% de derecho de importación al aceite. Los indios hoy están pagando el aceite más caro del mundo, es una decisión de ellos. Lo importante es que la Argentina pueda alcanzar un acceso preferencial”, detalló.
En ese sentido, el límite máximo de residuos de insecticidas también está siendo revisado en la India. “Tenemos riesgos comunes con la India, por eso este año firmamos un acuerdo con las cámaras aceiteras para trabajar en conjunto en estos temas que nos preocupan”, comentó.
En cuanto a China, el especialista dijo que “no estamos presentes por el momento”, debido a la revisión que está haciendo el país asiático sobre del límite máximo de residuos. Mientras que en Irán no hay una relación diplomática que permita avanzar en alguna negociación comercial, como sí la hay en Turquía, Argelia y Sudáfrica
En cuanto a Latinoamérica, Idígoras explicó que el principal desafío es alcanzar con México un acuerdo similar al logrado con la Unión Europea. “Es difícil negociar con ellos, son incluso más duros que los europeos. Pero sería muy importante lograrlo, ya que el aceite de girasol es un producto muy relevante en ese país”.
También se refirió a la posibilidad que existe de tener una mayor cuota de exportaciones a Perú y Colombia. “De hecho, hay negociaciones bilaterales y el presidente Mauricio Macri recientemente se reunió con su par colombiano Iván Duque”, resaltó.
Asimismo, Idígoras destacó los principales aspectos a tener en cuenta de cara al futuro para que la Argentina pueda recuperar terreno tras haber estado durante una década aislada del mundo. “El país estaba alejado de los organismos internacionales. Corríamos de atrás. En ese tiempo nuestros compradores cambiaron los estándares y fuimos penalizados en la vuelta al mundo. De hecho, la producción del NEA no tenía mercado”.
Al respecto, Idígoras resaltó que la Argentina haya logrado una modificación del estándar en el Código Alimentario Internacional para que el girasol del NOA pueda comercializarse como aceite. “En Europa, el nivel de oleico del girasol es muy inferior al NEA y por eso no podía comercializarse como aceite. Tras insistir durante una década, este año nos entregaron la modificación del estándar pasando del 39,4 al 43%. Estamos haciendo los estudios técnicos necesarios, en consenso con la Secretaría de Agroindustria de la Nación”.
Idígoras dijo que el mercado internacional genera muchas oportunidades, aunque existe un alto nivel de proteccionismo. “Vamos a convivir con un comercio administrado a nivel mundial. Por eso debemos profundizar las negociaciones y los próximos gobiernos deben asegurarnos que no haya prohibiciones a las exportaciones. En el plano local, debemos reducir la presión tributaria a la cadena de valor del girasol, que debe ser considerada una economía regional”, concluyó el experto.
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