Habría pasado lo peor de la crisis económica mundial y, pese a la recesión, se espera un mayor consumo de aceites. Los precios de las commodities siguen sostenidos, entre otras razones, por la debilidad del Dólar. El valor del aceite de girasol en Rótterdam es más de 30% superior al promedio histórico. La vigencia de elevadas Retenciones aísla a los productores locales de esta buena situación externa. Un trato tributario similar al del maíz o el trigo, atenuaría el evidente desaliento.
Informe del Lic. Jorge Ingaramo, asesor económico de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR)
A tres meses del momento más difícil de la crisis mundial, todo indica que lo peor ya pasó. La fuga hacia la calidad había alcanzado su máximo vigor, a principios de marzo, expresado en una paridad Euro-Dólar de 1,25, o sea una moneda norteamericana revaluada sólo por el valor “de refugio” de los Bonos del Tesoro.
El barril de petróleo, que había bajado a U$S 32,70, hoy supera los U$S 72. Las restantes commodities acompañan el crecimiento, aunque a tasas inferiores.
El Euro cerró ayer a 1,41 dólares, la industria automotriz en los EE.UU. está en plena reconversión, diez de los diecinueve bancos puestos bajo el programa del Tesoro norteamericano comienzan a recomprar las acciones en poder del Estado, el FMI ha sido capitalizado por la acción del G-20 (2 de abril), se evitó que el proteccionismo generalizado y las devaluaciones competitivas destruyeran el comercio mundial y se han recompuesto las paridades cambiarias, en aquellos países que habían sufrido fuerte salida de capitales, por causas exógenas a su desempeño económico. El caso de Brasil es el más claro en este sentido, ya que de un Dólar equivalente a 2,52 reales se pasó a una paridad de 1,95.
La formidable emisión de dólares para el salvataje de los bancos y los subsidios para sostener el nivel de actividad indujeron la devaluación del Dólar y el auge de la mayoría de las commodities. La recesión comparte con la suba de precios en los bienes básicos la prioridad en todos los análisis de coyuntura. Ante ello, ocurren dos cosas: a) la apreciación de los activos de refugio como el oro y b) una suba en la tasa de interés de los Bonos del Tesoro, por ejemplo a diez años (de hecho, en algo más de un mes, pasó de 2,80 a 3,88%).
Dos cuestiones son pertinentes al mirar el futuro: la primera es la persistencia del actual reparto de los costos de ajuste entre las principales potencias, ya que salta a la vista que el gobierno de Obama está apurando la solución de los problemas internos y dejando que un Dólar débil, que tal vez no será finalmente el de equilibrio, afecte a la Unión Europea (pérdida de competitividad) y a China (disminución, en términos reales, de sus reservas en dólares y Bonos norteamericanos). La segunda tiene que ver con cuánta burbuja hay en los activos reales (oro y commodities) si se compara su valoración actual con las magras cifras de los papeles accionarios (principalmente bancos y automotrices). Dicho de otra manera, ¿qué ocurriría si los inversores desplazan sus portafolios, por demás líquidos, hacia activos en vías de mejora ( p.e. un Dow Jones de más de 9.000 puntos) en lugar de permanecer refugiados en commodities?
El informe del USDA
Se conoció el informe de junio, con las siguientes estimaciones:
- La producción mundial de semillas oleaginosas crecería, en 2009-10, unas MT 27, luego de la brusca baja observada, principalmente en soja, en la reciente campaña. Este incremento del 6,9% es mayor a la suba esperada del 3,5%, en la molienda.
- La producción y el consumo mundiales de todos los aceites crecerán, (sorprendentemente, en un medio recesivo) al 3,8 y 3,9%, respectivamente.
- Particularmente, la producción de semilla de girasol caerá 1 millón de toneladas, hasta los MT 31,76, principalmente a raíz de la baja en la producción (luego del record anterior) de nuestros tres principales competidores del Hemisferio Norte. Rusia, Ucrania y la Unión Europea pasarán de MT 20,9 a MT 19,1 (casi un 9% menos), en tanto La Argentina aumentará de MT 2,9 a MT 4. La producción mundial de aceite de girasol permanecerá en torno a los MT 11,4, mientras que la de aceite de colza, que compite en el segmento de mayor calidad, la oferta aumentará 4,7%.
- Un dato significativo para este segmento del mercado es el aumento del 5,2% en el consumo industrial de aceites de la Unión Europea, en el cual resalta el empleo, principalmente para biodiesel, del aceite de colza (6,8% de aumento anual).
- Habrá un mayor consumo de aceite de girasol a nivel mundial (1,9%) mientras que la producción y las importaciones bajarán 1%.
En este marco, se mantienen firmes los precios del aceite de girasol en Rótterdam. Cotiza U$S/tn 945, a junio y crece 7,4% (premio) para la posición enero-marzo de 2010, en la alcanza los U$S/tn 1015. Las primas de nuestro aceite, con respecto a los de canola y soja son, a junio, del 5,1 y 3,5%, respectivamente. El valor actual supera en 34% al promedio histórico de la última década, excluido el período de la burbuja 2007-2008.
El mercado local
La SAGPyA publicó los valores FOB de los aceites de girasol y soja: U$S/tn 845 y U$S/tn 840, respectivamente. Al seguir vigente la Retención del 30% para la exportación de aceites y subproductos, el precio interno disponible alcanza apenas los U$S/tn 218 y la demanda local de semilla es limitada, lo cual se expresa en valores de $/tn 810 para Bahía Blanca y $/tn 815 para Necochea y los puertos de Rosario y San Martín. Las pocas operaciones a futuro, para marzo 2010, revelan un valor de U$S/tn 248, 7 dólares menos que los alcanzados días atrás.
No se conocen estimaciones de siembra para la campaña que se inicia, pese a que a mediados de julio comienzan las implantaciones en el Noreste argentino. Los cálculos de rentabilidad, para los rindes normales, muestran resultados muy poco alentadores, principalmente para aquellas zonas donde el impacto regional del girasol es bien significativo, tales como el NEA, San Luis o La Pampa.
Es evidente que el cultivo debería tener un trato, en materia tributaria, al menos similar a los del maíz o el trigo, es decir que en vez de una alícuota por Derechos de Exportación del 32% tributara una del 20 al 23%. Para un girasol de 20 qq/ha, esto significaría una mejora de entre U$S/tn 75 y 80 en el Margen Bruto por hectárea, cifra que, si bien no resolvería los problemas de rentabilidad, por lo menos atenuaría el evidente desaliento.
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