Manejo, clima y mercados. Los tres temas fueron debatidos en dos reuniones técnicas organizadas por ASAGIR. Bajo la modalidad de taller, un centenar de productores intercambiaron las mejores estrategias para ganarle rendimiento al girasol.
Uno de los grandes desafíos que ASAGIR viene encarando desde hace más de un año es el Proyecto Brechas. La iniciativa tiende a indagar, con el objetivo de corregir, las diferencias de rendimiento a campo que obtienen los productores con aquellos potenciales logrados en los ensayos.
A partir de este trabajo se ha concluido que la brecha es de alrededor de 1000 kg/ha y que puede ser reducida a la mitad. “Hoy, 500 kg/ha son 600 pesos por hectárea para el disponible y 140 dólares para el forward, con bonificaciones medias”, dijo Carlos Feoli, coordinador técnico de ASAGIR al presentar los talleres que dieron inicio a las jornadas de actualización llevadas a cabo en Tandil y Coronel Pringles.
La forma de reducir esa brecha radica en la puesta en práctica de una serie de consideraciones de manejo que potencian el rendimiento del girasol. Estas prácticas están resumidas en 10 recomendaciones que la cadena del girasol viene difundiendo desde la campaña pasada y que se encuentran disponibles en la web (www.asagir.org.ar) junto a otras 5 recomendaciones de comercialización.
Buenos precios
Para esta campaña, la producción de girasol mundial podría decaer a raíz del impacto de la sequía en Rusia y Ucrania y por supuesto, la potencial caída en la Argentina. Esto podría impactar positivamente en los precios.
Sobre 31 millones de toneladas de girasol en el mundo, Oil World pronostica 2.1 millones de toneladas para Argentina, que hoy representa menos del 10 % de la cosecha mundial. Recordemos que allá por la campaña 97/98, nuestro país era quien definía el precio del girasol en el mundo. Hoy, este rol le corresponde a Ucrania.
Según Fernando Cozzi, las perspectivas a futuro para el girasol son más que positivas. “Se sabe que la industria del biodiesel vino para quedarse, y eso le agrega una base de demanda sólida a los aceites. La industria de biocombustibles hizo que cambien los precios y que pasen a otra escala. Pensamos que eso va a quedar así”, agregó Cozzi.
Sobre la discusión en torno a la formación de precios a nivel local, el especialista destacó que se trata de problemas vinculados a la escasa producción y alta dispersión del cultivo. Desde ASAGIR, la recomendación especial que se les hace a los productores es evitar entregar el grano a fijar y administrar mejor la comercialización del grano.
La producción mundial de girasol ronda entre los 30 y los 35 millones de toneladas. Es más pequeña que la de soja en la Argentina. “Esto hace que sea más difícil ver dónde está el mercado. El cultivo está disperso y tiene muy poco volumen. Esta es la respuesta a la composición de sus precios”, dijo Cozzi en Tandil.
Al analizar las cosechas de girasol se puede ver que tienen un comportamiento de mercado que sigue el siguiente patrón: “cuando el precio baja, al año siguiente baja la producción, eso hace que falte y el precio vuelva a subir”, explicó el especialista. “Generalmente, los mejores años para hacer girasol son los años malos, porque uno pensaría que al año siguiente va a faltar y va a tener mejor precio”, acotó.
Naturalmente, el precio del girasol está ligado al del aceite (que define el 80 % de su valor), a diferencia de la soja, que está guiado por su valor proteico (que define el 70 % de su valor). La lógica del mercado de la proteína y la del aceite van por carriles diferentes.
Cozzi explicó que el girasol se vio favorecido en los últimos años por el hecho de que la industria del biodiesel tomó más aceite de otros cultivos ampliando el lugar para el girasol como aceite de consumo doméstico. “Si hablamos de precios FOB, en los ‘90, el aceite valía alrededor de 400 dólares. En 2000/01, cuando llegó a los 110 dólares FAS sin retenciones, ese año el aceite valió 210 dólares FOB. Hoy, los precios del aceite están en torno de los 1000 dólares, aunque las retenciones quitan una parte importante del valor”, detalló el especialista.
La mano del clima
Juan Leónidas Minetti, especialista del Laboratorio Climatológico Sudamericano, fue el encargado de brindar las perspectivas a los productores. “Lo que hemos observado en los últimos años es un crecimiento del índice de sequía”, dijo Minetti.
“A partir de las inundaciones de Santa Fe en 2003, entramos en un período de menores precipitaciones. Las variaciones interdecadales son más importantes que el propio cambio climático. Las oscilaciones son cada vez más cercanas y el índice de sequía se repite en todas las regiones”, explicó.
Estamos con una Niña en avance. “Todo el Este de Buenos Aires está en mejores condiciones hídricas. Desde el centro hacia el Oeste el agua acumulada es cero, esto hace que los cultivos dependan de la lluvia que vaya a caer”, dijo.
El descenso de la temperatura en el Atlántico es lo que pronostica la condición de Niña. Aunque esta no será de la misma intensidad que la de 2008/09.
Según Minetti, el agua del suelo será en esta campaña el determinante de la agricultura. “Es posible que la zona central de Buenos Aires hacia diciembre- febrero tenga mejores perspectivas. La Pampa está más comprometida ya que viene de escasa agua acumulada. En el caso del Este, aunque el castigo del clima será más fuerte esta campaña, será compensado por mejores niveles de agua acumulada en esta región”, detalló.
En opinión del climatólogo, “el mes de octubre va a ser complicado para todo Buenos Aires. Durante diciembre- enero y febrero la zona central y centro Oeste va a estar un poco más aventajada. Esta situación favorecerá al girasol. Hay que considerar que vamos a tener un remate de frío hacia fines de septiembre. En la zona central de Argentina podría haber riesgo de heladas aún en octubre”.
Las recomendaciones de manejo
En grupos de 6, los productores debatieron y compartieron experiencias en torno a las prácticas más recomendadas para la siembra de girasol. En todos los casos, los asistentes a ambas jornadas estuvieron de acuerdo con las consideraciones propuestas por ASAGIR en sus tips y dieron prioridad a distintos aspectos de acuerdo a las particularidades de cada zona y ambiente productivo.
• Una de las primeras recomendaciones de manejo de ASAGIR está vinculada a la realización del barbecho y la siembra directa, un tema que esta campaña resulta de vital importancia. El agua almacenada en el suelo previo a la siembra (140-160mm) puede representar el 30% del consumo total de agua de un girasol de 2500 kg/ha. Mantener la limpieza de los lotes permite sembrar en época. Además, si el lote está enmalezado se pueden perder, en el mes previo a la siembra, hasta 60 mm de agua y comprometer seriamente el rendimiento futuro. Por su parte, la siembra directa permite una mejor humedad a la siembra, hasta 40 mm más que con labranza convencional, y una rápida profundización de las raíces, disminuyendo los problemas de impedancias sub superficiales. Los mejores resultados se observarán a los 2-3 años, una vez que la estructura del suelo permita el crecimiento de la raíz. El control de malezas fue, para todos los presentes, el principal factor a resolver a la hora de la siembra.
• La elección del híbrido es el otro aspecto a tener en cuenta. La recomendación es elegir entre los híbridos de mejor comportamiento en los últimos dos años en los lugares más cercanos a donde se implantará el cultivo, observando el factor que más ha limitado la producción en esos lotes, ya sea enfermedades o vuelco, y después el rendimiento.
• Otro aspecto a considerar en el manejo es la densidad y la distribución de plantas. Obtener un girasol de 40-50.000 plantas/ha y una buena distribución es otro de los pasos para llegar a rindes máximos. Se pueden evaluar, sin embargo, densidades de 35.000 pl/ha en ambientes escasos en lluvias, en suelos con muy baja capacidad de retención hídrica (suelos muy arenosos), o en suelos con profundidad limitada.
• Es vital la elección de la placa, la velocidad de siembra y la calidad de la sembradora y sus accesorios. También el monitoreo de plagas en los estadios iniciales y la calidad de la semilla. Estos dos últimos aspectos son fundamentales en siembras tempranas con bajas temperaturas de suelo, y período prolongado de siembra-emergencia.
• Sobre el control de malezas, los especialistas sostienen que la elección del herbicida o sistema de control debe realizarse teniendo en cuenta las malezas existentes en el lote. Durante las reuniones realizadas en Tandil y Coronel Pringles quedó de manifiesto la clara tendencia al uso de la tecnología Cl.
• Sobre el uso de fertilizantes, en los encuentros realizados recientemente, los productores manifestaron su preferencia por tomar decisiones a partir de análisis de suelo. Desde ASAGIR recordaron que el uso de un arrancador como Fosfato Diamónico - 40 kg/ha – ayuda a tener un cultivo más parejo y un mejor desarrollo de raíces. Si se logra que el sistema radicular explore rápidamente el suelo, se puede reducir los efectos de un estrés hídrico posterior. Es recomendable que la fertilización sea al costado y debajo de la semilla. “Si tiene señales que indican que su lote puede rendir más de 1.800 kg/ha, agregue 40 - 50 kg/ha de fertilizante fosforado y 40 - 50 kg/ha de N, como urea, 80 kg/ha)”, recordaron desde la Asociación.
• Con relación al tratamiento de semillas, la indicación pasa por elegir semilla curada en origen, donde la uniformidad de dosis y cobertura están aseguradas. Existen evidencias sobre el impacto en el número de plantas logradas.
• Sobre el tema insectos, es clave estar dispuesto a su control, teniendo en cuenta los umbrales recomendados. Afectan, principalmente, en siembra y floración. Cada uno demanda monitoreo y decisiones específicas.
• En lo que hace a enfermedades de fin de ciclo, existe tecnología desarrollada que indica la conveniencia de su control en planteos de alta producción. Si hay evidencia que el lote puede rendir más de 2.200 kg, se debe considerar la aplicación de fungicidas.
• Otro de los temas abordados fue el de la presencia de aves, un grave problema que ha crecido considerablemente en los últimos años. La recomendación en estos casos es anticipar la cosecha mediante el uso de defoliantes.
• Al momento de la cosecha, el punto de atención pasa por la humedad del grano: los híbridos actuales permanecen verdes aún con grano ya seco. Es necesario evaluar la conveniencia de pagar algún punto de secada por algún camión respecto de las pérdidas que ocasiona esperar.
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