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Al rescate del girasol
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15 puntos para enfrentar la campaña

Al rescate del girasol

05 de Noviembre de 2009

“El cultivo está sufriendo un proceso de destrucción”, aseguró Ricardo Negri, presidente de ASAGIR. La oleaginosa define su futuro en los próximos 15 días.


“El cultivo está sufriendo un proceso de destrucción”, aseguró Ricardo Negri, presidente de ASAGIR. La oleaginosa define su futuro en los próximos 15 días y de no haber cambios a tiempo en las políticas fiscales el impacto se hará sentir hasta el 2011. Con la intención de ayudar en la decisión de siembra, toda la cadena consensuó un documento con recomendaciones productivas y comerciales para los productores que se puede ver haciendo clic aquí (http://www.asagir.org.ar/asagir2008/recomendaciones/)


 La Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) elaboró una serie de recomendaciones productivas y comerciales con el propósito de que el cultivo pueda hacer frente a un contexto que aún lo mantiene discriminado respecto de las bajas en las retenciones a las exportaciones. Se trata de un total de 15 tips para que los productores de las distintas regiones del país puedan mantener cierta rentabilidad en el negocio girasolero, una actividad clave tanto para la diversificación de la agricultura como para la supervivencia económica de regiones en que el cultivo es una salida muy importante (La Pampa, NEA, sudoeste de Buenos Aires).
 El presidente de la entidad, Ricardo Negri, graficó cuál es la situación de la oleaginosa hoy: “el girasol está sufriendo un proceso de destrucción. La hectárea que no se siembre hoy, recién se podrá sembrar en octubre de 2010, se cosechará en marzo de 2011 y se va a cobrar en julio de 2011; es decir, lo que no solucionemos hoy, se trasladará 16 meses para adelante”. Y agregó que no queda mucho tiempo para corregir el camino: “el tiempo biológico para que se pueda hacer un cambio son los próximos 15 días. Después, se pierde la siembra”. La estimación para esta campaña es de 1.750.000 hectáreas, una de las peores superficies en su historia.
 “Tenemos un sistema impositivo que está castigando al girasol con un nivel de retenciones fijadas al momento en que el aceite estaba a 1.400 dólares; hoy el aceite está a 750 y las retenciones son las mismas”, sostuvo. De acuerdo a los datos que maneja ASAGIR, el girasol representa el 3,4% de la recaudación por retenciones y cada punto le significa al fisco un ingreso de 9 millones de dólares, lo que no parece una suma importante para el Estado, pero es clave para la salud de la producción. En comparación, la recaudación por punto de retención a la soja es de 192 millones de dólares.
 Desde la cadena insistieron en que las retenciones son un pésimo impuesto. “Estamos poniendo gravámenes donde nuestros competidores a nivel internacional subsidian”, dijo Negri.
En la actualidad, el rinde de indiferencia, en campo propio de girasol, está en el orden de los 1.200 kilos, pero la agricultura se está haciendo en una 60% en campos alquilados. “En campo propio, la cuenta todavía da, en campo alquilado, el girasol está eliminado”, remarcó Negri. Jorge Ingaramo, asesor económico de la entidad que nuclea a la cadena, afirmó que, para un campo alquilado, la retención tendría que ser 0. “Como no lo vemos posible, bajando el nivel de retenciones a uno parecido al de maíz, se puede bajar el rinde de indiferencia mucho y subir, aproximadamente, 70 dólares el margen bruto. A los rindes promedios nacionales, los 13 puntos de retenciones que hay de diferencia entre girasol y maíz son 70 dólares por hectárea de un paquete tecnológico (insumos) que cuesta 140”, detalló el economista.

¿Qué hacer?

El Proyecto Brechas que desde hace más de un año lleva adelante ASAGIR ha permitido establecer que existe una brecha entre los rendimientos promedio del país y los rendimientos logrables de 1.000kg. Pero si se logra disminuir esa brecha en un 50%, los rendimientos medios pasarían de 1.7 a 2.2 t/ha con beneficios para el productor, el sector y el país.
 
El documento alcanzado por toda la cadena girasolera, brinda 10 puntos productivos clave para reducir esa diferencia:

1) Barbecho y SD
El agua almacenada en el suelo previo a la siembra (140-160mm) puede representar el 30% del consumo total de agua de un girasol de 2500 kg/ha.
Mantener la limpieza de los lotes permitirá una siembra en época y un desarrollo inicial óptimo. Si el lote está enmalezado se pueden perder, en el mes previo a la siembra, hasta 60mm de agua y comprometer seriamente el rendimiento futuro.
La Siembra Directa provee mayor cobertura y más humedad a la siembra, hasta 40 mm más que con labranza convencional. Los mejores resultados se observarán a los 2-3 años de iniciada una rotación con este sistema, una vez que la estructura del suelo permita crecimiento y rápida profundización de las raíces. Es entonces cuando puede incluirse al girasol con este sistema de siembra.

2) El Híbrido
Elija entre los híbridos de mejor comportamiento en los últimos dos años. Utilice los dos ensayos más cercanos al lugar donde implantará su cultivo observando el factor que más ha limitado la producción en esos lotes. Por ej.: si su problema es vuelco, observe primero esa condición y después rendimiento, no al revés.

3) Densidad y distribución de plantas
Obtener un girasol de 40-50.000 plantas/ha y una buena distribución es otro de los pasos para llegar a rindes máximos. Evalúe, sin embargo, densidades de 35.000 pl/ha en ambientes escasos en lluvias, en suelos con muy baja capacidad de retención hídrica (suelos muy arenosos) o en suelos con profundidad limitada.
Es vital:
- La elección de la placa, la velocidad de siembra y la calidad de la sembradora y sus accesorios.
- El monitoreo de plagas en los estadios iniciales (hormiga, tucura, grasienta, babosas, etc.).
- La calidad de semilla (PG y VG).
Los 2 últimos aspectos son fundamentales en siembras tempranas con bajas temperaturas de suelo y período prolongado siembra-emergencia.

4) Control de malezas
La elección del herbicida o sistema de control se debería realizar teniendo en cuenta las malezas existentes en su lote y que cada sistema tiene malezas que controla y otras que no.

5) Fertilizantes
El uso de un arrancador como Fosfato Diamónico (40 kg/ha) nos ayudará a tener un cultivo más parejo y un mejor desarrollo de raíces. Si logramos que el sistema radicular explore rápidamente el suelo, podremos reducir los efectos de un stress hídrico posterior. Es recomendable que esta fertilización sea al costado y debajo de la semilla debido a que el fertilizante en la línea puede resultar fitotóxico para la planta.
Si tiene señales que indican que su lote puede rendir más de 1.800 kg/ha, agregue 40-50 kg/ha de fertilizante fosforado y 40-50 kg/ha de N, como urea, (80 kg/ha).

6) Tratamiento de semillas
Elija semilla curada en origen, donde la uniformidad de dosis y cobertura están aseguradas. Existen evidencias sobre el impacto en el número de plantas logradas.

7) Insectos
Esté dispuesto a su control teniendo en cuenta los umbrales recomendados. Los insectos afectan, principalmente, en siembra y floración. Cada uno demanda monitoreo y decisiones específicas.

8) Enfermedades de fin de ciclo
Existe tecnología desarrollada que indica la conveniencia de su control en planteos de alta producción. Si tiene evidencia de que su lote puede rendir más de 2.200kg, considere la aplicación de fungicidas.

9) Aves
Considere anticipar la cosecha mediante el uso de defoliantes.

10) Cosecha
Esté atento a la humedad del grano: los híbridos actuales permanecen verdes aún con grano ya seco. Evalúe la conveniencia de pagar algún punto de secada por algún camión respecto de las pérdidas que ocasiona esperar.


Comercialización

Estos son los cinco puntos a tener en cuenta a la hora de definir una estrategia de venta y fijación de precio del producto.
 
 En materia de comercialización, hay dos aspectos que deben ser tenidos en cuenta. Por un lado, los residuos de fitosanitarios en los aceites argentinos y luego las características de la comercialización del producto. Por lo general, los análisis de márgenes de molienda toman una paridad teórica referida al mercado de Rotterdam, asumiendo que vender en la UE es un simple trámite. La realidad es que se trata de un mercado fuertemente restringido para Argentina, por el alto contenido de pesticidas en nuestro aceite de girasol. Es un tema muy serio y puede resultar en una barrera para-arancelaria que impida el libre acceso del aceite a la UE, principal destino del aceite de girasol argentino. El origen argentino está perdiendo terreno en relación al del Mar Negro, que no tiene ese problema.


1) El precio “pizarra” refleja sólo las operaciones informadas

Las operaciones más frecuentes entre productores y/o acopiadores con la industria y la exportación son: a) ventas a futuro (“forwards”), b) disponible contra entrega y c) entrega con precio a fijar. La venta a fijar por precio “pizarra” ha sido la operatoria más utilizada, principalmente en campañas con altas producciones, y también la más conflictiva.
Los precios “pizarra” son una cotización sólo indicativa (orientativa), determinada por la comisión de “semaneros” (representantes de la oferta, la demanda y la intermediación) de las Cámaras Arbitrales, para los principales puertos de entrega. Esa comisión fija una cotización que refleja el promedio de las operaciones reportadas por los operadores, normalmente sobre ese puerto, que son menos que el total de las efectuadas. Es válida para transacciones que la tomen como base. Su adopción como precio referencial no es obligatoria al celebrar los contratos, pudiendo optar las partes por otras alternativas, como por ejemplo el precio condición fábrica de una industria sobre un punto de entrega determinado, el precio de los mercados de futuros cuando estos existan y tengan liquidez, o el valor de otro cultivo, más o menos una prima o un descuento a pactar.
La percepción general de los productores es que los precios “pizarra” no reflejan el valor de la mercadería disponible, dado que asocian el disponible con los máximos pagados en una fecha determinada por ciertos lotes, mientras que la pizarra refleja el promedio de las cotizaciones informadas a los semaneros por los operadores. Toda la masa de granos entregada a fijar no entra para nada en la puja oferta/demanda que sería sí la que determina los precios del mercado.

2) Hay muchos precios para el girasol

En la Argentina, la industria y la exportación de soja están concentradas alrededor de Rosario y los puertos del Paraná; consecuentemente es fácil disponer de un solo precio de referencia. El girasol, en cambio, está geográficamente disperso y, al igual que en otros países, hay variadas situaciones, negocios y precios.
La industria y la exportación tienen localizaciones próximas al mercado consumidor local, a los puertos y/o a la materia prima. El cultivo de girasol se ha ido desplazando hacia regiones distantes a los puertos. Hay menos capacidad instalada industrial (escala) destinada a girasol que a soja y está ubicada según la logística de cada empresa.
Por otra parte, el girasol es “menos commodity” que la soja. Hay producción de variedades (oleico), que se hace por contrato, y además la industria bonifica por calidad y porcentaje de aceite, a partir de un precio base. Habitualmente, se negocia el pago de los fletes, junto con el precio del producto. Por ello, hay diversos valores finales al productor, según localización, necesidad de una industria específica según sus contratos, modalidad comercial y calidad de materia prima (por ejemplo, el día 28-09-09, se publicaron valores del disponible para ocho ciudades y/o puertos con un rango de $/t 705 a 730, más dos modalidades comerciales, que fueron en dólares: a) con entrega y pago en marzo para los puertos del Sur de Buenos Aires y b) entrega y pago diciembre-enero en puertos del Paraná).

3) Si maneja el físico, mejorará su estrategia de comercialización

La opción entrega a fijar, con precio base en una pizarra, podría tener algunas ventajas. Si el productor entrega el físico al acopio o a la industria no incurre en los costos de almacenamiento, incluida la amortización de la inversión. Esta ventaja se transforma en un costo para el comprador, que lo induce a recuperarlo (a través de un menor precio en las operaciones disponibles), ya que le interesa minimizar el costo de la materia prima.
Por su parte, el control físico de la mercadería asegura al productor una mayor capacidad de negociación, lo que le permitiría obtener en una fecha determinada el máximo pagado por una industria o un exportador, sobre la plaza logísticamente más conveniente. Naturalmente, el control físico de la mercadería no es gratuito, ya que exige inversiones en instalaciones de acondicionamiento y almacenaje así como otros costos: mantenimiento de la calidad, seguros o intereses sobre el capital, entre otros. Resulta lógico, entonces, que un mayor valor del disponible sea un premio que sólo perciben los productores que manejan su mercadería. Considere, entonces, seriamente, almacenar incluyendo el uso de bolsas. Esto no garantiza mayor rentabilidad; sólo permite negociar mejor, a la vista de los costos de retener.

4) Todo el girasol del mundo es la mitad de la soja argentina

Como EE.UU. no es un productor importante de girasol, no hay (como para los otros cultivos) un mercado como el de Chicago, al cual acceden operadores comerciales de todo el mundo como cobertura del riesgo de precio. Hay una referencia internacional, que es el precio del aceite en Rotterdam, formado por contratos recopilados estadísticamente, entre exportadores e industrias de distintos países e importadores o industrias y usuarios de la Unión Europea. No es un mercado donde se pueda descargar el riesgo. Se trata de operaciones con entrega de mercadería, como cualquier exportación industrial.
La falta de un precio internacional de referencia se debe al bajo volumen de la producción mundial de girasol, tanto de semilla como de aceite, y a la dispersión geográfica de la producción y el consumo.
Al no existir mercados de futuros, se forman los mercados no institucionales, en los que sólo es posible negociar posiciones para unos pocos meses, resultando imposible arbitrar las más alejadas.
Esta imposibilidad de cobertura y la falta de una orientación a mediano plazo, son erróneamente interpretadas por muchos operadores como “falta de transparencia”, cuando en realidad se trata de un problema de iliquidez (número muy bajo de compradores y vendedores) a causa del tamaño y la gran dispersión geográfica del mercado.

5) El girasol argentino es “tomador de precios” en el mercado internacional.

En la Argentina, el girasol se cultiva mayoritariamente para exportación, como aceite, harina o grano. Dado que tres cuartas partes del aceite producido se exporta en una campaña normal, y que la harina tiene un bajo valor relativo, más del 85% del precio del girasol se debe al valor internacional del aceite. Con un 26% del mercado, Argentina fue el segundo exportador mundial en la última campaña, luego de Ucrania. Vale decir que no tiene poder de fijación de precios y menos aún en los seis/nueve meses posteriores al ingreso de la producción proveniente de la región del Mar Negro, que comienza en septiembre de cada año. Hay sólo una ventana de oportunidad, que se amplía cuando la producción mundial cae, ya que somos el único exportador significativo del Hemisferio Sur.

 



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